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1979: Las Escuelas Cubanas de los Años '70

por Reinaldo Togores


El presente texto ha sido extraído de la ponencia "20 Años de Construcción en Cuba. Obras Escolares y Sociales", leída en julio de 1979 en el Museo de Etnología y Folklore, Budapest, Hungría. Para una traducción al húngaro del texto original usar este enlace.


"La combinación del trabajo productivo con la enseñanza desde una edad temprana - afirmaba Karl Marx - es uno de los más poderosos medios para la transformación de la sociedad actual". Esta idea ha sido, desde el primer momento, el principio rector de la política educacional del régimen socialista en Cuba, y se ha manifestado de maneras diversas.

Una Ciudad Escolar en Sierra Maestra.


Ciudad Escolar "Camilo Cienfuegos"
Ya en 1959 surge la idea de crear en el principal escenario de la guerra revolucionaria, la Sierra Maestra, una Ciudad Escolar con capacidad para albergar 20.000 niños de origen campesino, de aquellos que por vivir en las zonas montañosas se habían visto privados hasta entonces de la enseñanza. Esta ciudad Escolar "Camilo Cienfuegos" construida en el sitio llamado "Las Mercedes", en plena montaña, contrapone al aislamiento de la vivienda campesina tradicional, un conjunto urbano compuesto por unidades escolares y viviendas, que cuenta además con una zona cultural/recreativa/administrativa, una zona de servicios públicos y una zona industrial de fábricas y granjas modelo para el trabajo de los alumnos, ocupando todo una extensión de 6.700 hectáreas.

Hubo de transcurrir algún tiempo antes que aquella primera experiencia rindiera sus frutos, haciéndose de aplicación general. Entre tanto, tuvo lugar la campaña de Alfabetización de 1961. Tras ella, miles de adolescentes enrolados como Maestros Voluntarios llevaron la enseñanza primaria a los más remotos campos y montañas. Las escuelas privadas fueron nacionalizadas. Se creó un sistema de enseñanza de adultos. Se instrumentó un vasto plan de becas y la educación de nivel medio se amplió considerablemente mediante la creación de nuevas Escuelas Secundarias Básicas en todo el país.

La Escuela en el Campo.

Durante esta etapa se instauró oficialmente el sistema de "la escuela al campo" como medio para vincular al trabajo a los estudiantes a partir del séptimo grado y que consiste en trasladar alumnos y profesores durante 45 días a campamentos habilitados al efecto en las zonas de producción agrícola, haciendo posible la participación del escolar en diversas tareas productivas junto a los obreros agrícolas y técnicos de lugar.

En el curso escolar 1969-70 inició sus actividades la primera Escuela Secundaria Básica en el Campo. El desarrollo de este nuevo tipo de escuela representó un salto cualitativo no sólo desde el punto de vista pedagógico: también lo fue en el plano de la arquitectura escolar, y repercutió aún en otros programas constructivos.


Escuela secundaria Básica en el Campo.
Se trataba del prototipo para un gigantesco plan de escuelas que a lo largo de todo el país crearía las condiciones para la integración absoluta del trabajo y el estudio. Estas escuelas se ubicarían en zonas apropiadas para cultivos tales como cítricos, café, tabaco, tubérculos, granos y vegetales, cuyas actividades productivas se consideraban compatibles con la edad y las habilidades del alumnado. A cada escuela se asignaría algo más de 500 hectáreas de tierra cultivable, que sería atendida por los alumnos durante una sesión de tres horas al día. Esta sesión de trabajo se alternaría con la sesión de cinco horas de docencia y diversas actividades deportivas y culturales. La matrícula de cada escuela sería de 600 alumnos, todos internos y que provenían, en general, de regiones vecinas.

Hasta entonces, ningún programa constructivo en el país había alcanzado esos niveles de masividad. La demanda de escuelas para el nivel medio fue el resultado del incremento explosivo de la matrícula a partir de 1970 como resultado de la extensión de la enseñanza primaria a todos los niños en edad escolar durante la primera década de socialismo así como de la explosión demográfica que se produjo durante esos años. En el curso 1971-72 las enseñanzas secundaria y media habían triplicado los índices de 1958-59 y se esperaba alcanzar en 1.980 una tasa de 130 estudiantes de este nivel por cada 1.000 habitantes, lo que representa una cifra quince veces mayor que la del curso 1958-59. Esto hizo necesario crear las condiciones materiales para el correspondiente incremento de capacidades en el sector de la construcción.

El "Sistema Girón".

Los edificios escolares construidos hasta el momento lo habían sido, en su mayoría según los procedimientos tradicionales. Algunas experiencias se venían realizando con sistemas que ofrecían soluciones prefabricadas parciales, tales como el antiguo "Sistema Novoa" (ahora renombrado "Sandino" para ponerlo a tono con la nueva ideología oficial) que consiste básicamente en un sistema de paredes portantes a base de columnas y tabletas cuyas pequeñas dimensiones hacen posible su colocación manual, y que es techado con una placa hormigonada en el lugar sobre viguetas prefabricadas. Otro sistema algo más utilizado fue el de pórticos donde la estructura y techo se prefabrican y el cierre se hace de ladrillos o bloques a la manera tradicional. Ambos sistemas tenían como inconvenientes el bajo nivel de industrialización y la limitación en número de plantas, dos como máximo en el "Sandino" y una planta en el de pórticos.

Secundaria Básica Urbana para 1200 alumnos, Arquitecto R. Togores. Dibujo de Rafael Fornés.

Cuando se encargó al Grupo Nacional de Construcciones Escolares, dirigido por la arquitecto Josefina Rebellón, la preparación del proyecto típico para la construcción de las Escuelas Secundarias Básicas en el Campo (ESBEC), la solución debía partir del diseño de una tecnología constructiva altamente industrializada que permitiera, en las condiciones de equipamiento y mano de obra de que disponía el país, alcanzar el ritmo de crecimiento previsto en los planes de construcción. La respuesta fue el sistema "Girón", concebido inicialmente bajo la dirección del ingeniero Aníbal Rodríguez Hoffmann y desarrollado más tarde por el también ingeniero Esmildo Marín, a partir de una losa nervada pretensada cuya producción en gran escala ya se iniciaba.

Teniendo en cuenta los requisitos funcionales de los edificios escolares se adoptaron luces de 7,50 m y 6,00 m e intercolumnios de 6,00 m., considerando en ambos casos las dimensiones entre ejes. El sistema incluye vigas con voladizos de 2,80. A excepción de las losas de entrepiso y cubierta, que son de hormigón pretensado, todos los demás elementos son de hormigón armado. El sistema permitía alcanzar una altura de cuatro plantas, pudiendo llegarse en casos excepcionales a cinco.

Como la columna típica sólo tenía la altura de una planta y las fuerzas horizontales eran tomadas por las paredes estructurales que actuaban a manera de tímpanos, era posible dar solución con los mismos elementos a programas de una planta tales como círculos (guarderías) infantiles y comedores, de dos plantas como los semi-internados de primaria, y de tres y cuatro plantas como la mayoría de las instalaciones para la enseñanza de nivel medio. Horizontalmente el crecimiento era ilimitado en ambos sentidos. En sentido perpendicular a los pórticos formados por las vigas y columnas, el crecimiento se lograba por simple adición de nuevos pórticos cada 6,00 m. En el otro sentido podían prolongarse mediante la adición de vigas con luces de 6,00 m y 7,50 m, terminadas en voladizos o sin ellos.

Todo el transporte de las piezas prefabricadas se realizaba por carretera utilizándose para ello el equipamiento de transporte normal excepto para las paredes, cuyo transporte se realizaba en rastras portapaneles. El tamaño y el peso de las piezas fue estudiado para que no hubiera dificultades con la capacidad de los vehículos entonces disponibles.

El montaje podía realizarse con diferentes equipos, prefiriéndose para edificios de hasta dos plantas las grúas-camión sobre neumáticos y para tres o más plantas las grúas eléctricas sobre raíles.

A partir de 1.970 las instalaciones para la producción de elementos del sistema "Girón" se extendieron a toda la isla, según lo exigían los planes de construcción. Testimonio de ello son las cifras siguientes:

  • En 1.970 se entregaron dos Secundarias con una capacidad total de 1.000 alumnos.
  • En 1.971 fueron entregadas ocho instalaciones escolares con una capacidad total de 4.400 alumnos.
  • En 1.972 se pusieron en servicio 46 instalaciones escolares con una capacidad total de 23.800 alumnos.
  • El plan para 1.973 establecía la terminación de 99 instalaciones escolares con una capacidad total de 60.860 alumnos.

Al final del quinquenio 1.971-75 se alcanzó una producción anual de edificaciones escolares prefabricadas de 150 módulos de Secundaria Básica en el Campo o su equivalente en otros tipos de escuelas, con una superficie total de 1.100.000 m2 que permitió incrementar anualmente en 90.000 alumnos la capacidad de los internados de enseñanza secundaria y media. Pero el incremento de 700.000 estudiantes en ese nivel durante el quinquenio exigió además, la construcción de 100 módulos cada año mediante la construcción convencional, incluyendo escuelas de madera que se destinaban fundamentalmente a las zonas montañosas.

ESBEC: La Secundaria Básica en el Campo.

El proyecto que dio origen a este impetuoso crecimiento, la Escuela Secundaria Básica en el Campo, es de una concepción sumamente sencilla, compuesta por bloques paralelos: edificio de aulas, cocina-comedor y dormitorios, unidos por una galería transversal.

La superficie construida total es de algo más de 7.000 m2 y se complementa con una plaza de reuniones y campos deportivos. Estaban en funcionamiento para el curso 1.977-78, 344 escuelas de este tipo con una capacidad de más de 200.000 alumnos.

A medida que se fue adquiriendo experiencia con el Sistema Constructivo se comprobó la conveniencia de extenderlo a otros programas escolares como semi-internados de primaria, institutos tecnológicos, edificios para la enseñanza media general e incluso a los Círculos Infantiles, Palacios de Pioneros y a los edificios para centros de enseñanza superior. El programa de obras educacionales se vio enriquecido con toda una serie de escuelas especializadas tales como:

Escuelas para la Formación de Maestros.

R. Rivero, Formación de Maestros, Camagüey.

Se habían entregado hasta 1.978, 13 Escuelas Pedagógicas de un total de 18 a construir según el plan, con capacidades entre 2.000 y 4.500 estudiantes internos cada una. Estos centros están vinculados con escuelas primarias experimentales donde los alumnos realizan sus prácticas docentes. El programa es resultado con edificios típicos que son adaptados a cada ubicación. Como ejemplo tenemos la Escuela Formadora de Maestros de la ciudad de Camagüey, que se destaca por su integración a la trama urbana de un nuevo micro distrito. Las edificaciones docentes, de alojamiento y administrativas están conectadas formando una sola unidad espacial de desarrollo longitudinal. Esta se enlaza a la zona de viviendas mediante un puente peatonal que, salvando una vía de tránsito intenso, la vincula con la escuela primaria anexa.

Escuelas Vocacionales.

El objetivo de las escuelas vocacionales consistía en la orientación de los mejores estudiantes hacia las carreras universitarias relacionadas con la tecnología y las ciencias que más necesarias se consideraban para el desarrollo del país. Se habían programado 15 escuelas de este tipo, de las cuales 7 estaban funcionando o en construcción en 1.979. Las capacidades de dichas escuelas son de 2.500 ó 5.000 alumnos según la población de la provincia en que se ubique. Este tipo de escuela abarca la Secundaria Básica y el Pre-Universitario, con alumnos de 11 hasta 18 años. Por sus dimensiones, funciones y servicios constituyen verdaderos conjuntos urbanos. Incluyen, además de las aulas y dormitorios, cine, biblioteca, hemeroteca, laboratorios y círculos de interés científico técnico, museo de ciencias, salones exposiciones científico-técnicas, centro de cálculo, gimnasio, salas polivalentes, salones de danza, teatro, música y artes plásticas y extensos campos deportivos con piscina olímpica, instalaciones de campo y pista, etc. Las escuelas disponen además de terrenos para el trabajo y la experimentación agrícola. Se fomentan junto a ellas zonas industriales que son operadas por los propios alumnos. Todas estas instalaciones se enlazan mediante galerías, plazas y patios interiores de diversos tamaños.

La Escuela Lenin en La Habana, fue la pionera de estas escuelas con cerca de 5.000 becarios. Esta escuela fue inaugurada oficialmente a principios de 1.974 por el Primer Secretario del PCUS, Leonid I. Brezhnev. La Escuela Vocacional de Holguín es semejante a la Lenin en sus dimensiones y criterios de diseño.

En Camagüey la Escuela Vocacional Máximo Gómez, con capacidad para 2.500 alumnos, forma parte del anillo de instalaciones escolares que rodea la ciudad. El eje central de la composición lo forman las instalaciones relacionadas con la formación científico-técnica.

De esa misma capacidad es la Vocacional Federico Engels, de más reciente terminación y que se ha visto enriquecida por las experiencias obtenidas en los proyectos anteriores. Las Vocacionales han servido como campo de experimentación para la integración de la obra de los artistas plásticos, con la serie de murales en la Escuela Lenin y las esculturas conmemorativas de Camagüey y Pinar del Río.

Escuelas Vocacionales Militares.

Las Escuelas Vocacionales Militares "Camilo Cienfuegos" son escuelas de nivel medio para alumnos internos, situadas en las cercanías de las principales ciudades. En ellas se imparte, junto a la enseñanza secundaria y media, la instrucción militar, por lo que sirven como cantera de futuros oficiales para las fuerzas armadas. Las capacidades de estas escuelas varían entre 500 y 1.000 alumnos.

Escuelas Deportivas

Para la promoción del deporte se desarrollaron las Escuelas de Profesores de Educación Física (EPEF) y las Escuelas para la Iniciación Deportiva (EIDE). Se habían construido o estaban en terminación en 1.979, 5 EPEF en centros urbanos principales como Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Pinar del Río y Santa Clara, con capacidades entre 500 y 1.000 alumnos. Estas escuelas se sitúan junto a las instalaciones deportivas a nivel de ciudad. Las mismas cuentan con laboratorios especializados e incluyen en su programa una policlínica deportiva. Las EIDE combinan el estudio normal desde la primaria al preuniversitario, con el trabajo y el deporte, incluyendo la preparación de 10 especialidades deportivas diferentes. Sus capacidades varían de 1.000 a 2.000 becarios. En 1.979 se disponía de 8 escuelas de este tipo terminadas o en construcción, en diferentes ciudades.

Escuelas e Institutos Politécnicos

Los centros politécnicos constituían el porcentaje mayor de la educación media y se ubicaban junto a centros industriales, forestales, mineros, ganaderos, agrícolas, de la salud, etc. Los componentes de estos conjuntos son usualmente típicos en la parte docente y en los dormitorios, siendo solamente diferentes las naves para la especialización. Entre los numerosos centros tecnológicos construidos se pueden mencionar los de la Electrónica, del Astillero Naval y del Combinado Lácteo en La Habana, el Forestal y el de Salud en Pinar del Río, el Mecánico y el de Refrigeración en Santa Clara, el de la Construcción en Cienfuegos, el Ganadero en Camagüey, el de la Agricultura en Matanzas, los del Azúcar junto a los ingenios azucareros, etc.

Escuelas Secundarias Urbanas (ESBU)

En el quinquenio 1.976-80 la demanda para las enseñanzas secundaria y media duplicará las cifras de 1.975. La nueva demanda se va resolviendo con escuelas en las ciudades, sin internado y con índices de construcción mucho más austeros. Las secundarias urbanas, se sitúan al nivel de los microdistritos de viviendas, con proyectos para 600 y 1.200 alumnos resueltos en 3 y 4 plantas respectivamente. Sólo constan de la instalaciones docentes indispensables tales como aulas, talleres, laboratorios y campos deportivos. El área de construcción de la secundaria urbana es tal que permite con el doble turno, una utilización 5 veces más intensa que la Secundaria Básica en el Campo. Para el curso 1.977-78 estaban en funcionamiento 60 unidades del tipo descrito.

Escuelas Politécnicas Urbanas (EPTU)

Dentro del mismo criterio de multiplicar la efectividad de los recursos dedicados a las construcciones escolares se han proyectado las Escuelas Politécnicas Urbanas para la formación de obreros calificados. La capacidad programada para estas escuelas es de 1.000 alumnos en dos turnos de clases. El área de construcción es de 2.743 m2 con un índice resultante de 2,7 m2/alumno, que es de 4 a 5 veces menor que el de los proyectos anteriores con internado. La solución en planta es compacta y se desarrolla en torno a un patio central alargado cubierto con lucernarios. Entre las especialidades que se estudian en esas escuelas están las de mecánica, soldadura, electricidad, carpintería y construcciones.

Palacios y Campamentos de Pioneros

Junto a las escuelas, debemos agrupar también las instalaciones requeridas para las actividades extraescolares de la Unión de Pioneros "José Martí", que incluyen Palacios de Pioneros y Campamentos de carácter provincial, nacional o internacional.

Círculos Infantiles

Otra instalación complementaria del sistema escolar es el círculo infantil, que atiende a los niños en edad preescolar cuyas madres trabajan. El círculo infantil recibe niños de edades comprendidas entre los 45 días de nacido y los 5 años. Actualmente se construyen círculos de una planta para capacidades de 120 a 180 niños y en dos plantas para 180 niños. A manera experimental se han edificado algunos círculos para 180 niños en 3 plantas, ubicados en las zonas más congestionadas de la ciudad de La Habana.

Institutos Superiores y Universidades

Según se preveía en 1.979, el esfuerzo principal en el campo de las edificaciones escolares se dirigiría en la siguiente década hacia los centros de enseñanza superior. En 1.959 había en el país menos de 3 estudiantes de ese nivel por cada 1.000 habitantes. Este índice había aumentado en 5 veces hasta 1.978, contándose en ese año con 14,5 estudiantes de nivel superior por cada 1.000 habitantes.

La enseñanza superior se había enriquecido también en términos de especialización. El número de carreras profesionales que se estudiaban en el país había aumentado de 24 a 40 carreras en los últimos 20 años. Esta especialización determinó el surgimiento de una variada tipología entre los centros de nivel superior. En 1.979 se proyectaban y construían nuevos centros universitarios, institutos superiores politécnicos, institutos superiores de ciencias agropecuarias, de ciencias médicas, minero-metalúrgicos, pedagógicos y de economía, distribuidos entre casi todas las provincias.

Conclusiones.

A pesar de las limitaciones derivadas de haber sido concebido como solución para un programa escolar específico, su amplia difusión, la magnitud de las capacidades instaladas y el rápido dominio de la tecnología por las brigadas constructoras, hicieron que se viera en el Sistema "Girón" una respuesta a la demanda de capacidades constructivas en otros campos muy diferentes del de la educación. La actividad constructiva relacionada con las obras sociales experimentó en la década de los '70 un incremento digno de mención: de una producción de 25,4 millones de pesos en 1.970, había llegado en 1.978 a los 116 millones, para un incremento del 358%. La respuesta constructiva relacionada con algunos programas de carácter social como las construcciones para la salud, el deporte, el turismo y la recreación. ha estado influida por el impetuoso desarrollo de las construcciones escolares que, sin duda, han aportado el elemento más característico de esta etapa del quehacer arquitectónico cubano.

Créditos:

Ciudad Escolar "Camilo Cienfuegos", Sierra Maestra:

  • Arq. Emilio Escobar

Desarrollo del Sistema Constructivo "Girón":

  • Ing. Aníbal Rodríguez Hoffman
  • Arq. Josefina Rebellón Alonso
  • Arq. Ludy Abrahantes
  • Arq. Armando Galguera
  • Arq. José Cortiñas
  • Ing. Esmildo Marín

Sistema de Control Técnico de la Ejecución:

  • Arq. René Rodríguez Royé

Proyecto Típico, Escuela Secundaria Básica en el Campo (ESBEC):

  • Arq. María Elena Frade
  • Arq. Ludy Abrahantes

Proyecto Típico, Instituto Pre-Universitario en el Campo (IPUEC):

  • Arq. Fanny Navarrete

Escuelas para la Formación de Maestros:

  • Arq. Josefina Montalván
  • Arq. Fanny Navarrete
  • Arq. Oria Mansito (Educadoras para Guarderías)
  • Arq. Rafael Rivero (Camagüey)

Centros Universitarios, Institutos y Escuelas Politécnicas:

  • Arq. Fernando Salinas
  • Arq José Fernández

Escuelas Vocacionales:

  • Arq. Andrés Garrudo (La Habana, Villa Clara)
  • Arq. Reinaldo Togores (Camagüey)
  • Arq. Eduardo Suero (Holguín)
  • Arq. Ledia Martínez (Pinar del Río)

Escuelas Vocacionales Militares:

  • Arq. Fanny Navarrete

Escuelas Secundaria Básicas Urbanas:

  • Arq. Reinaldo Togores (Proyecto Típico para 1.200 alumnos)
  • Arq. Betty Fischman (Proyecto Típico para 600 alumnos)

Círculos (Guarderías) Infantiles:

  • Arq. Betty Fischman
  • Arq. Heriberto Duverger

Escuelas Politécnicas Urbanas (Proyectos Típicos):

  • Arq. Heriberto Duverger.

Escuelas Deportivas:

  • Arq. Alberto Díaz Serpa

Escuelas de Formación de Cuadros Políticos

  • Arq. Luis Rubio
  • Arq. Fanny Navarrete

Palacios y Campamentos de Pioneros:

  • Arq. Néstor Garmendía

Escuelas y Academias Militares:

  • Arq. Reinaldo Togores
  • Arq. Eva Aguilar
  • Arq. Luis Rubio