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1969: Eva Björklund, Muebles para los cubanos.


Este artículo fue publicado en la revista sueca Form (Número 9/1969). La autora, Eva Björklund fue uno de los miembros del equipo de diseño pionero dirigido por Iván Espín en el Ministerio de la Industria Ligera cubana en los años sesenta. Su trabajo, como el de otros diseñadores industriales, que entonces propusieron un nuevo rumbo para el diseño en Cuba se ha omitido, hasta ahora, de todas las publicaciones oficiales.
Texto, dibujos y fotos de Eva Björklund.
Traducción: R. Togores.
Eva Björklund, Arquitecto SAR1, ha sido parte, durante un año, de un grupo de diseño cubano que trabaja en la elaboración de un programa de mobiliario para la enorme inversión en construcción de viviendas prevista para principios de los años setenta. La escasez de materiales ha dado lugar a la versatilidad y a formas limpias y funcionales.

La Arquitecto Eva Björklund con trabajadores del taller de muebles metálicos en La Habana.

Cuando la Revolución cubana se inició en 1959, heredó una situación desesperada en lo que se refiere a la vivienda. El 85% de la vivienda necesita ser reemplazada. Junto con la demanda anual de vivienda resultante del crecimiento demográfico, esto significa que el gobierno revolucionario deberá que construir dos millones de viviendas durante un período de 30 años. Durante los últimos diez años se han resuelto los problemas más acuciantes en las zonas rurales y barrios urbanos, pero los recursos se han dedicado principalmente a la racionalización agrícola y el fomento de la industria.
Estos grandes problemas de vivienda deberán ser abordados en los años 70. El objetivo es construir 100.000 viviendas por año. Las baja calidad actual del parque de viviendas se corresponde con las deficiencias del equipamiento doméstico, que también necesita ser reemplazado. En su mayor parte las nuevas viviendas serán entregados a sus futuros propietarios completamente amuebladas. Las viviendas planificadas requieren por lo tanto una inversión correspondiente en mobiliario.
El mobiliario tradicional cubano es de madera, hecho a mano. Pero la madera ya no está disponible. Los bosques cubanos de maderas preciosas, especialmente ricos en caoba, fueron saqueados durante el período imperialista. Otros materiales autóctonos para la fabricación de muebles son casi inexistentes, y el bloqueo norteamericano restringe las posibilidades de importación. Los métodos tradicionales de fabricación, aun cuando pudieran ser racionalizados, no serán capaces de satisfacer las necesidades. Las fábricas y talleres disponibles son pequeños y casi todos mal equipados.

Inventario
En el verano de 1968 un equipo de trabajo en el Departamento de Estudio de Productos del Ministerio de la Industria Ligera cubano comenzó a estudiar las posibilidades para la producción masiva de muebles asequibles bien diseñados. Este equipo, dirigido por Wilfredo Benítez incluía tres arquitectos, Iván Espín, Manuel Miyar y yo misma, así como una diseñadora textil, Yule Amado. Nuestro programa era doble, tanto uno a corto plazo destinado a la producción inmediata con los recursos existentes, y otro a largo plazo que serviría como base para las inversiones en máquinas y materiales.
Comenzamos con la visita a los talleres y fábricas existentes con el fin de estudiar su capacidad y capacidades tecnológicas. También estudiamos los recursos materiales del país y las posibilidades de importación disponibles. Estas fábricas tenían equipos de baja productividad para la fabricación de muebles de madera tradicionales. Además podíamos contar con dos máquinas dobladoras hidráulicas para tuberías de aluminio y acero.

Silla de cocina simple de tubo de acero y loneta.


Serie de muebles diseñados según el mismo principio. En su mayor parte compuesto por los mismos elementos. Desmontables.

Los materiales directamente disponibles eran tubos de acero de paredes delgadas con costura, importados de la Unión Soviética (hay perspectiva de que la chapa de acero pueda ser importada en un futuro y los tubos soldados en Cuba), madera contrachapada de la URSS y China, lona de China y Alemania del Este (hay perspectivas para la futura fabricación de dicha tela en Cuba), tablero de partículas producido en el país a partir del bagazo de la caña de azúcar, y una variedad de fibras naturales, sobre todo de las palmeras. A largo plazo, es concebible el uso de plástico.
El siguiente paso fue hacer un inventario de los muebles de uso común en los hogares cubanos, para tener una idea de la tradición. Hay por supuesto una gran diferencia entre el surtido de muebles de lujo de las clases adineradas, de herencia española o norteamericana, y el mobiliario austero y rústico de los obreros y campesinos. Un factor común y pieza muy típica del mobiliario en Cuba es la mecedora.

1. Svenska Arkitekters Riksförbund (Asociación Sueca de Arquitectos) 
Análisis
Para abordar el problema desde otro punto de vista, hicimos un análisis de las actividades comunes de la casa: comer, dormir, estudiar, socializar, jugar, almacenar, etc.; de sus correspondientes posturas: de pie, sentado, acostado, de las diferentes maneras de sentarse, con el fin de definir con ello los tipos de mueble necesarios. Nos esforzamos en imaginar muebles que podrían ser utilizados para muchas actividades, con el fin de limitar el número de tipos sin degradar las posibilidades funcionales. Para evitar el peligro ideológico que implica la tradición, llevamos a cabo discusiones acerca de las relaciones y actividades en una casa, tratando de detectar los hábitos y formas de pensar burgueses. Esta era y sigue siendo la tarea más desalentadora, nos la encontramos siempre.

"El Pequeño Monstruo", una silla de madera contrachapada ensamblada sin uso de pegamento o tornillos. Cojines desmontables.

Esquema para cortar un "Pequeño Monstruo" y una mesa de una sola lámina de madera contrachapada.

Elaboramos una lista de criterios en torno a los muebles que serían adecuados para las condiciones de Cuba. Para su uso en el hogar, que necesariamente tendrá un espacio limitado. Que deberán además ser cómodos y funcionales, tener usos versátiles (véase más arriba) o ser plegables, retráctiles, convertibles. Deben ser económica en cuanto a espacio (sin espacios muertos), de gran movilidad (ligeros). Aspirábamos a sistemas de muebles, muebles que se podrían complementar con materiales, combinaciones de colores y módulos personalizados. Otro factor importante es el clima. El aire es cálido, por lo que son deseables los muebles frescos. También deben ser fáciles de limpiar.
Desde el punto de vista de la fabricación y la economía, el objetivo debe ser la producción en masa, la normalización, muebles fácilmente ensamblables compuestos de partes simples, de piezas que se puedan utilizar en varios muebles diferentes. Es necesario esmerarse en el uso racional de la maquinaria y de los materiales existentes a corto plazo y a largo plazo en la maquinaria y los materiales que pueden ser importados o producidos, utilizando las tecnologías y la experiencia internacional más avanzada.
Otro aspecto importante es el transporte y el almacenamiento. Esto nos llevó a considerar la facilidad de montaje, las piezas planas, los muebles plegables y apilables.

Programa
Fue entonces que pudimos empezar a dibujar. Una limitación fue que ninguno de nosotros tenía experiencia real en el diseño y la fabricación de muebles. Experimentamos una gran incertidumbre. Pero poco a poco hemos conseguido alguna experiencia en la fabricación de prototipos, obteniendo ayuda y apoyo de los trabajadores de los talleres, que conocían sus máquinas y tenían una gran cantidad de experiencia práctica. También disiparon nuestras preocupaciones en torno a que estos nuevos muebles, estas nuevas formas, estos nuevos colores impactantes encontrarían resistencia por parte de las personas cuyo ideal era muebles de elevado status, dignos, pesados. Después de un período inicial de gran sospecha, se volvieron muy entusiastas, ayudándonos con sus buenos consejos y preguntando ansiosamente cuándo era que sería posible adquirir nuestros muebles.
El hecho de que las imágenes incluidas en este artículo muestren casi exclusivamente sillas no quiere decir que hayamos descuidado las otras piezas de mobiliario, pero eran los únicos prototipos que pudieron ser terminados y fotografiados antes de salir yo de Cuba. Mis compañeros allí continuarán con nuestra tarea. La mayor parte del trabajo queda por hacer.

La mecedora es uno de los muebles más importantes en un hogar cubano. La de la izquierda está construida con tubo de acero lacado y loneta estampada y se puede montar con sólo seis tornillos.



Silla plegable de tubo de acero pintado y madera contrachapada o tablero de partículas.